domingo, 7 de noviembre de 2010

coaching mental y el exito


En un día como el de hoy, en el que José Mourinho ha sido presentado como nuevo técnico del Real Madrid, es inevitable hacer comparaciones con su homólogo culé. Al contrario de lo que ocurre con el luso, al catalán se le achaca un exceso de humildad como conferenciante; si bien, por contra, son alabadas sus técnicas de motivación por medio de la música o sus ya famosos vídeo-montajes. Pero, volviendo a la imagen que se da ante los medios, ¿por qué se agota un discurso, y sin embargo el otro no?.
Ambos, Pep y Mou son los maestros de una corriente sobre la que mucho se está hablando en la actualidad, el coaching mental o entrenamientos psicológicos, pese a que lo entienden de maneras opuestas.
El mensaje de Pep parece sobreexplotado porque da la sensación de caer siembre en el aplauso fácil, cuando realmente va mucho más allá. Al contrario de lo que hace el portugués, en las ruedas de prensa se centra primordialmente en el rival y sus virtudes,
Al contrario que el luso, en las ruedas de prensa se centra más en el rival y siempre habla de sus virtudes, con lo cual busca evitar un exceso de confianza que luego dentro del vestuario se completa con mensajes cortos y claros donde son sus debilidades lo que se destacan:
Si el rival abusa de patadón, Piqué se cierra más sobre el delantero sobre el que se vuelca el juego; si el balón sale jugado, el hombre rápido de ataque va más sobre el central, Xavi coge posiciones más retrasadas y el pivote defensivo presiona al medio que la toque; si tienen un extremo peligroso, cuidado en las ayudas… Todo para recuperar rápido y desplegar su juego.
El modelo del luso es similar, pero a la vez distinto, tal y como hoy se ha visto. Mientras Pep habla del rival para evitar que su equipo sea el centro de atención, Mourinho llega incluso a focalizar la presión sobre sí mismo, dando más tarde al vestuario un mensaje en clave espartana.
Da imagen de prepotente no porque lo sea, sino porque así es el personaje que crea para que el equipo funcione. Porque sólo comandado por un gran general, puede triunfar un buen ejército. “Todos somos uno, y no tenemos miedo. Defendemos y atacamos como grupo. Como falange”.
En el plano comunicativo, tanto Guardiola como Mourinho dan a la prensa de comer y logran trabajar el aspecto psicológico en la medida que quieren. Exponen una 4-3-3 en la que las presiones y permutas de los unos se dan en función de los defectos del rival y las ayudas y el conjunto de los otros se convierten en una muralla casi inqueblantable.
Aunque todo el mundo destaque el juego combinativo del Barça, ahí radica el éxito de Pep. Como Mou, habla a sus jugadores en clave defensiva, con la diferencia de que la defensa de uno está treinta metros delante de la del otro; lo cual provoca que las transiciones, y por tanto el trato del balón, sean también diferentes, como de hecho son.
De cara a la galería, uno puede parecer humilde y simpático; y el otro dar muestra de prepotencia y chulería. En consecuencia, diferentes, pero a la vez iguales. Como a la hora de mostrar sobre el césped sus credenciales, todo está estudiado.
Nada en el fútbol falta por ser inventado, pero sí queda algo por explotar: El coaching mental. Guardiola y Mourinho exprimen la nueva corriente al máximo. Porque no todo el fútbol está en el verde. Diferentes u opuestos a la hora de jugar y motivar, prepárense, porque algo sí es seguro:
Con el uno y con el otro, vamos a disfrutar.

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